El monstruo de los abrazos

Edad recomendada + 3 años.

Un cuento ilustrado de la pediatra Mar López para explicar de manera clara y sencilla qué es el consentimiento y cuáles son los límites sobre nuestro cuerpo a los más pequeños, y para guiar a padres y madres en la prevención del abuso sexual infantil.

Al monstruo Achuchones le encanta dar abrazos, sobre todo a su amiga… Pero, a veces, a ella no le apetece que la abracen. Un día, la niña decide que ha llegado el momento de enseñarle a Achuchones que tiene que respetar su espacio y entender que no se puede tocar a otra persona sin su permiso.

En ocasiones, la inocencia y el desconocimiento de los niños les impiden detectar situaciones de abuso y de falta de consentimiento, por lo que debemos enseñarles desde temprana edad que su cuerpo es suyo, que hay partes de él que son PRIVADAS y que nadie puede tocarlos sin SU PERMISO. Y si en algún momento no se sienten cómodos, deben decir NO, porque quien nos quiere nos respeta y nos cuida.

La pediatra y divulgadora Mar López, con más de un millón de seguidores en redes, presenta un álbum ilustrado que explica a los más pequeños de manera clara y sencilla qué son los límites y el consentimiento. A través de la historia del monstruo Achuchones, tanto los niños y las niñas de 4 años en adelante como los adultos aprenderán conceptos imprescindibles para todos, porque el consentimiento no entiende de edades.

Este libro incluye:

*Una tierna historia para trabajar con los niños y las niñas el respeto, los límites y el consentimiento, para que aprendan a aplicarlos en su día a día.

*Un código QR con la canción del cuento que contiene los mensajes clave del cuento y con la que los niños y las niñas se lo pasarán en grande.

*Una guía explicativa para padres y madres gracias a la cuál aprenderán a detectar el abuso sexual infantil y podrán prevenirlo.

*Divertidas y educativas actividades para pequeños y mayores con las que practicar lo aprendido con el monstruo Achuchones.

*Un código QR con dibujos descargables para colorear.

Y recuerda, sobre tu cuerpo, tú decides.